Hoy estaba leyendo un libro que me ha hecho pensar en las personas pasionales y a reflexionar si yo también soy una de esas personas.
Pienso en pasión y la imagen que me viene a la cabeza es una persona encerrada detrás de unos barrotes....quizás porque a veces es más fácil definir algo por su contrario.....la frustración. Porque a una persona apasionada no le puedes cortar las alas, eso sería matarla.
Y ese no poder parar, es a la vez la perdición de las personas pasionales. A veces no se soportan ni ellos. A veces pienso que les gustaría relajarse, dejar de hacer cosas, aletargarse un poco como el resto de la sociedad. Ese dulce letargo en el que viven algunos que les impide perder los nervios 10 veces todos los días, ese poder dormir bien todas las noches, aunque sepas que tampoco has hecho nada demasiado excepcional en tu día.

La pasión en el fondo es la vida. Es lo que nos hace querer experimentar, nos anima a avanzar y a no dejar de respirar ni un momento.
A mí, como persona que desea vivir, me gustaría ser a veces más pasional. Y de hecho me atrae muchísimo ese tipo de personas.